lunes, 1 de agosto de 2011

Porqué se van. Adios Amy Whine House

Algunas estrellas nacen en la tierra, nos deslumbran con su voz y por desgracia, en poco tiempo se van y viven eternamente en el cielo. En el cielo de la fama y la posteridad artística. El caso de Amy Whine House no es el primero, y confirma la maldición del "club de los 27", artistas noveles que en poco tiempo consiguen una gran fama y la fama o lo que sea destroza sus vidas, Kurt Cobain, Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix entre otros…

Por eso yo me hago esta pregunta, porqué, porqué se van personas talentosas con éxito y desaparecen sin más, que problemas tienen, porqué no han logrado superar sus problemas o miedos, cual ha sido la causa, hay un plan macabro comercial detrás de todos estos casos? y es cierta la frase de Elvis Vive?

En principio las causas se desconocen, y con el tiempo se olvidan, algunos especulan y sacan teorías, sobredosis, drogas, alcohol... en el caso de Amy todo el mundo comenta, se veía venir, crónica de una muerte anunciada, que pena, ya en vida estaba...

Sí, es una pena, porque a mi entender, ha sido una pequeña luz, en todo este panorama musical comercial, que cada día está más decadente, una luz con un estilo propio, muy diferente a lo que nos tienen acostumbrados a oír las cadenas de música.





Pero sigo con la pregunta, porqué, que había detrás de la imagen del artista, que a mi entender es una imagen desvirtuada y podríamos decir el lado menos humano de la persona que en su día tiene o tubo éxito. O visto de otra manera, ¿que imagen nos han enseñado de Amy los medios?, ¿por qué nos han enseñado esa imagen y no otra? Why?

Porqué una persona talentosa, inteligente, que tiene fama, trabaja en algo que le gusta y gana mucho dinero, acaba destrozándose la vida? que hay detrás del telón?. Una persona cercana al artisteo musical me respondió lo siguiente: "verás, son personas como tú y como yo, pero muy débiles e inseguras".

Adiós Amy Whine House, dónde quiera que estés, siempre se te recordará por tu música...




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